La Comisión de Paz de Cedecol, envía al gobierno del Presidente Iván Duque un mensaje urgente para que escuche el clamor de las diferentes organizaciones sociales, quienes han expresado la necesidad de retomar las agendas de justicia social, implementación integral del acuerdo de paz, defensa de la vida y los derechos humanos.
Creemos como sector de Iglesia Cristiana Evangélica que es prioritario en esta coyuntura, sumar actores a un gran escenario de concertación política, guiado por las agendas que están sobre la mesa de conversaciones, y que estos diálogos se concreten en escenarios legislativos y políticas que señalen caminos para la paz justa.
El descontento generalizado y las voces ciudadanas deben ser canalizados en los diferentes escenarios de participación de la democracia. Desde nuestra fe y espiritualidad decimos que también estamos “escuchado el clamor del pueblo y sus sufrimientos” (Éxodo 3.7). Por ello, insistimos con humildad, en que es tiempo de dialogar, de escuchar propuestas y generar los consensos sociales que el país necesita para transitar hacia el bienestar y la reconciliación.
Nuestra fe nos impulsa a orar y promover el espíritu de la unidad nacional para que retornemos juntos a los caminos del diálogo social. Lo hacemos porque nuestra identidad de fe nos lleva a vivir el compromiso con la verdad, la justicia, el perdón, la reparación y la misericordia.
Con solidaridad y esperanza vemos la manifestación de muchos colombianos por la paz y la justicia social. Hemos visto la alegría y las distintas expresiones artísticas y culturales que ponen de manifiesto, que es una movilización pacífica y desde la Noviolencia activa. Estos días han sido un desborde de creatividad para expresar los cambios que el país reclama.
Lamentamos los brotes de violencia social que dañan y lastiman la dignidad humana y que solo traen más dolor. Nos unimos a las oraciones para que estos hechos no se repitan, que se respete la vida de quienes expresan sus propuestas. Nos duelen las muertes y las heridas de todos los que han sido afectados, tanto civiles como policías.
Instamos al gobierno y a la sociedad en su conjunto a deponer los rencores de la guerra, a sanar las heridas y trabajar juntos por el bienestar, los derechos humanos y la justicia social. La fuerza espiritual y la riqueza cultural de nuestro pueblo son el mayor baluarte para conjurar los vientos de guerra. ¡Es el momento de la paz justa! No es tiempo de silencio, sino de expresar públicamente nuestras convicciones.
Con este mensaje invitamos a las organizaciones sociales y a las instituciones del Gobierno, y en general a todo el pueblo colombiano, a sumar esfuerzos para caminar hacia la paz y hacer todo lo que esté a nuestro alcance para que la reconciliación social sea una realidad. Oramos a Dios para que la cordura y la diplomacia de la paz, guíen las decisiones de nuestros gobernantes. Oramos para que los grupos armados al margen de la ley asuman el compromiso de silenciar los fusiles y se sumen a la discusión de las ideas en escenarios democráticos.
Invitamos a los hermanos de las distintas Iglesias y confesiones religiosas para que en sus liturgias y espacios espirituales pidamos a Dios que cese la violencia contra los líderes sociales, oremos por los derechos de las víctimas, y porque se hagan realidad los cambios sociales que el país está reclamando a sus gobernantes. Con espíritu humilde acompañemos a otros sectores sociales en los esfuerzos por construir la paz, sin perder de vista que “la paz es fruto de la justicia social” (Isaías 32,17).