El día 19 de mayo el Grupo Ecuménico de Mujeres constructoras de paz - Gempaz, lideró el Conversatorio “perspectivas y desafíos en la garantía de derechos de las mujeres como condición necesaria para su participación en la creación de caminos para la reconciliación en Colombia”, en el espacio se destacó la presencia de mujeres de diversas regiones del país en su mayoría víctimas del conflicto armado.
Como panelista nuestra coordinadora nacional, Katherine Torres, resaltó la importancia de la participación de las mujeres en el proceso de paz entre el Gobierno Nacional y el ELN, y reconoció los logros que han tenido las mujeres como reconciliadoras en los territorios, así como el papel que continúan teniendo en la construcción de paz, “debemos profundizar prácticas espirituales, visualizar un país distinto y realizar acciones que contribuyan a los cambios que queremos” afirmó.
En el conversatorio también estuvo presente Diego Cancino, representante de la Oficina del Alto Comisionado para la Paz, “es momento de transitar de las emociones de la guerra a las emociones de la paz, del odio, al amor” aseguró Cancino. Además dio un mensaje a las asistentes para que reconozcan que la fuerza de las mujeres trasciende los territorios y por ello es importante que se tomen el poder y logren un nuevo rumbo para Colombia.
Con la idea de generar un espacio de diálogo entre improbables el espacio contó con la participación de tres excombatientes de las FARC quienes pidieron perdón a las víctimas e invitaron a reconocer que ell@s también tienen dolores y han sufrido las consecuencias del conflicto armado.
Olga Marín delegada por las FARC en el mecanismo tripartito de monitoreo y verificación al acuerdo de paz hizo énfasis en que ahora continuarán con la lucha por un país con justicia social siendo ese ese uno de los motivos por los que entró a las FARC hace varios años, “las mujeres entramos a la guerrilla porque buscábamos libertad”.
Finalizando el encuentro con lágrimas y la voz entre cortada una de las asistentes expresó: “Quiero volver a vivir, a cantar, a recoger aguacates en la finca con mis nietos” luego se levantó, caminó hacia Diana una excombatiente de las FARC con la cual se abrazó en silencio. Para las asistentes el poder contar con un espacio de escucha y encuentro con sus victimarios fue sanador, esperan recibirlos de nuevo en sus regiones con los brazos abiertos y reconciliarse con ell@s para construir un futuro mejor.